Aprenda a revolucionar su vida sabiendo escuchar. Descubra poderosos consejos para construir relaciones más significativas.
Lo que veremos en este artículo
¿Qué significa saber escuchar?
Saber escuchar consiste no sólo en oír lo que dice la otra persona, sino también en comprender lo que intenta decir.
No hace falta exponer tu punto de vista para escuchar, basta con intentar comprender los sentimientos y emociones de la persona que los expresa y empatizar en ese momento.
Un buen oyente: Significado
Aunque escuchar tiene el significado exacto de oír, el término «buen oyente» se refiere no sólo a escuchar, sino también a comprender lo que se dice.
Por eso es esencial que conozcas la diferencia entre el significado de la palabra «escuchar» y el término «buen oyente«.
3 Consejos para escuchar bien
La mayoría de las veces, lo que entendemos por escuchar bien se reduce a la etiqueta o los buenos modales, ¿no es así? Generalmente lo entendemos así.
Antes de profundizar más, veamos estos 3 consejos para escuchar bien, ten en cuenta que esto es sólo el principio de lo que significa ser un buen oyente.
No interrumpalas conversaciones
Interrumpir una conversación o cuando alguien está hablando no es sólo una falta de etiqueta, sino una falta al pensamiento que la otra persona está intentando expresar, ¿puedes entenderlo?
Las interrupciones son a veces necesarias y por motivos de fuerza mayor, pero trate de evitarlas.
No hablar con otras personas
Cuando interrumpimos a otra persona con nuestro discurso, lo que se estaba expresando acaba deshaciéndose en cierto modo.
Por supuesto, una pequeña señal con la mano puede ayudar al interlocutor a darse cuenta de que la otra persona también quiere plantear una pregunta o incluso una duda sobre lo que se está diciendo.
Expresión facial
Deja que tu cuerpo y tu cara muestren que estás participando en la conversación.
Concéntrate en lo que se está diciendo y permite que la otra persona comprenda, a través de tus expresiones, si lo que se está diciendo suscita dudas, desacuerdos u otros sentimientos relevantes para esta conversación.
Estar dispuesto a escuchar
Estar dispuesto a escuchar y aprender de los demás es la piedra angular de un liderazgo de éxito.
Estar dispuesto a escuchar
La disposición a escuchar, en el sentido de comprender y escuchar a otras personas, es fundamental para el crecimiento de los propios seres humanos, que sólo han podido desarrollarse a partir de otros animales gracias a esta comunicación.
Entonces podemos darnos cuenta de que fue el hecho de que no sólo pudiéramos expresar nuestras ideas, sino también comprender a los demás, lo que aportó un gran y acelerado desarrollo a la raza humana.
Por eso debe seguir disfrutando de un gran y acelerado crecimiento personal.
Sólo crecerás como individuo y como líder si también aprendes a saber escuchar.
Estar presente en la conversación
Para ser un buen oyente, tienes que participar en la conversación. Esto no significa que tú también hables, sino que tu atención se centra en lo que dice la otra persona, ¿puedes entenderlo?
Estar totalmente centrado en la otra persona, en sus palabras y expresiones es estar presente en la conversación. Presta atención…
No dejes volar tu mente
Por supuesto, es muy habitual que la otra persona hable y que nuestra mente viaje a una playa, a nuestras tareas rutinarias, a la reunión de más tarde e incluso a lo que está haciendo un familiar en ese momento.
Si nos lo permitimos, nuestra mente viaja demasiado lejos y nos perdemos el valor que la otra persona tiene que ofrecer con su discurso.
No es fácil mantener la concentración
No siempre es fácil tener este enfoque, pero cuando se convierte en algo habitual en nuestras vidas, tenemos que hacer un cambio radical, de lo contrario nos aislaremos de los demás.
Es más, también dejaremos de aprender de los demás, y nos quedaremos siempre con la misma vida, sin progresar, desarrollarnos ni prosperar.
Así es, sólo los buenos oyentes son capaces de progresar en la vida, porque siempre buscan aprender.
Saber escuchar es mucho más que permanecer en silencio mientras la otra persona habla.
Por otra parte, ser un buen oyente no consiste sólo en callarse. A veces, el silencio es incluso malinterpretado por la otra persona.
El silencio puede mostrar falta de comprensión
El silencio en sí mismo puede dar la impresión de que no entendemos nada de lo que se dice en ese momento.
Pequeñas palabras como «entiendo», «sí» y otras ayudarán a mostrar si hay comprensión o no, al igual que pequeñas expresiones faciales.
El silencio puede mostrar desinterés
Transmitir el mensaje de desinterés por el discurso de la otra persona es muy malo, incluso cuando no es eso lo que queremos.
Muestre sus expresiones, su postura inclinada hacia delante y mantenga la mirada en su interlocutor.
El silencio puede mostrar prisa
Hablando de tu mirada, cuando desvías la mirada hacia otros lugares de la conversación, muestra claramente tu desinterés, sobre todo si tu mirada se centra en tu teléfono móvil, en otras personas o incluso en el techo.
El silencio puede enviar el mensaje de que estamos de acuerdo con todo
Así es. No siempre estamos de acuerdo con el tono de la conversación y, en este caso, también deberíamos poder expresar nuestro punto de vista, al fin y al cabo, una conversación sólo existe con al menos dos personas.
Una de las cosas que más deberíamos aprender es que si alguien dice lo que piensa, yo también puedo decir lo que pienso. Obviamente con educación y respeto…
Sin embargo, podemos mostrar nuestro desacuerdo levantando una de nuestras manos para indicar que también queremos hablar.
Si eso no funciona, demuéstralo con expresiones faciales y, si sigue siendo necesario que interrumpas a la otra persona, deja claro que no estás de acuerdo y pide tu turno de palabra.
¿Cuál es la diferencia entre escuchar y oír?
Hay una diferencia entre escuchar y oír, ¿lo sabías? De hecho, hay varias diferencias entre estos dos términos, que a menudo se utilizan como sinónimos.
¿Qué es escuchar?
Escuchar es el acto de percibir algún tipo de sonido.
Comprender o percibir sonidos a través del sentido del oído: escuchar música.
Diccionario
Podemos entender que escuchar es realmente el acto de percibir un sonido, tanto si es comprensible para tu mente como si no.
Sin embargo, el término «buen oyente» significa que escuchamos atentamente y comprendemos el sonido emitido, pero más que eso, que somos personas que queremos aprender de los demás y también estamos atentos a quienes nos hablan.
¿Qué es escuchar?
Escuchar es el acto de prestar atención e intentar comprender lo que se dice.
Prestar atención a algo o a alguien; estar atento: escuchó todas sus quejas.
Diccionario
Podemos decir que escuchar es la atención que ponemos en comprender sinceramente lo que dice la otra persona.
Ejemplos de escucha
Por ejemplo, un buen líder escucha la voz de los miembros de su equipo.
Una madre escucha el dolor de sus hijos, y así atiende a sus necesidades, comprendiendo profundamente lo que dice el otro.
¿Qué hace falta para saber escuchar?
Para ser un buen oyente hay que tener una mentalidad abierta, algo de lo que hablaremos más adelante. También tienes que entender la cultura, la formación y la educación de la otra persona, ¿lo sabías?
Bueno, y si no sabemos nada al respecto y no tenemos esta información, ¿qué debemos hacer para ser un buen oyente? Tampoco en estos casos es difícil; de hecho, en todos ellos, todo se resume en una palabra corta y sencilla: ¡empatía!
Para ser un buen oyente se necesita empatía
La empatía, que consiste en valorar a la otra persona tanto como quieres que te valore a ti, es esencial para tu liderazgo.
Acepta a la otra persona aunque no aceptes sus ideas. Interésate de verdad por la otra persona e intenta tener afinidad, aunque no estés de acuerdo con lo que dice.
Busca los puntos que te unen, no los que te separan de una buena amistad y convicción.
Consejos para saber escuchar
Veamos algunos consejos prácticos para saber escuchar.
Centrarse en el tema
Siempre que hables, céntrate por completo en el tema. No interrumpas para hacer comparaciones o utilizar chistes o metáforas sobre lo que se está diciendo. Habla sólo de ese punto, no de todo el tema. ¡Concéntrate!
Mirar en la dirección correcta
Intente siempre fijarse en la persona, sus gestos, entonaciones y expresiones faciales. No desvíes tu atención hacia el techo o el suelo. Estas observaciones nos ayudan a comprender no sólo lo que se dice, sino el sentido de lo que se dice.
Utilizar expresiones faciales
Intenta expresar con la cara lo que entiendes y lo que no entiendes del discurso de la otra persona. Utilizando tus expresiones faciales, la otra persona podrá entender si le estás comunicando lo que quieres. Es una estrategia sencilla pero fantástica.
Repetir lo que ya se ha dicho
Utilice las propias palabras de su interlocutor para exponer su punto de vista o como pregunta. Esto generará una gran compenetración entre los dos en la conversación. Todo tiende a ser más aceptado.
Haz preguntas y deja que continúen
Si es realmente necesario interrumpir una conversación(realmente necesario), haz una pregunta breve y permite que la otra persona continúe con su enfoque. Sólo una pregunta cada vez y no varias seguidas, ya que esto cambia por completo el enfoque de la conversación.
No pienses qué decir antes de que la otra persona haya terminado
Mientras escuchas, no sigas ensayando una respuesta. No sólo te desconcentrarás, sino que incluso te perderás explicaciones que podrían haberse dado sin que te dieras cuenta.
No sea combativo ni crítico
No luches, no critiques, no seas reactivo. Escucha con atención y siempre con ánimo de acoger a la otra persona. A veces, incluso en situaciones conflictivas, un abrazo o un afecto son más útiles que mil discursos.
Sea cortés al interrumpir
Si tienes que interrumpir la conversación, hazlo cuidando a la otra persona. A veces, la interrupción puede leerse mal y negativamente.
Por supuesto, las interrupciones pueden deberse a causas de fuerza mayor, como tener que volver a casa, terminar el trabajo, entre otras situaciones.
En cualquier caso, di que lo que has oído hasta ahora ha sido importante y concierta otra cita para continuar la conversación el día y a la hora acordados.
Si se trata de una simple interrupción o una pregunta, levanta la mano y pide que te disculpen.
¿Por qué es bueno saber escuchar?
Saber escuchar revolucionará tu vida.
Tener este talento hará que tu liderazgo sea muy respetado y siempre serás una excelente referencia en una gran variedad de temas.
Además, podrás aprender mucho más de los demás y te rodearán de cariño y afecto, créeme.
Todo cambia cuando aprendemos a saber escuchar, entre otras cosas porque cambiamos y mejoramos de dentro a fuera, y eso lo nota todo el mundo.
Tu propia inteligencia emocional se desarrollará aún más, ya que tus observaciones y tu comprensión de la vida de los demás serán realmente fantásticas.
Saber escuchar: características
A menudo vemos ciertas características en quienes se convierten en buenos oyentes, y esto también cambia sus vidas por completo:
- Deja de angustiarte y aprende del silencio.
- Aprendes diferentes puntos de vista que antes no veías.
- Tienen mayor inteligencia emocional.
- Sabe hablar en los momentos adecuados.
- Eres más asertivo y más sabio cuando hablas.
Mantener la mente abierta
Para aprender a saber escuchar, es importante mantener la mente abierta. Sea cual sea el tema.
Tener una mentalidad abierta para escuchar no significa que estemos de acuerdo con todo lo que se dice, sino que estamos dispuestos a entender lo que la otra persona quiere comunicar.
Por eso es importante no criticar, sino cuidar siempre el corazón de la otra persona, además del propio.
Recuerda que lo más importante no es en qué discrepáis, sino estar juntos en lo que estáis de acuerdo.
Ejemplos de preguntas en una conversación
Le mostraremos algunas preguntas estupendas para hacer en una conversación con buenos oyentes:
- ¿Cómo llega hasta usted?
- ¿Cómo se encuentra en este punto?
- ¿Por qué te molesta esto?
- Cómo se relaciona este tema con [«otro tema»].
- ¿Por qué cree que este tema es relevante?
- ¿Qué vas a hacer con esta información?
- ¿Qué pretendes hacer con lo que dices?
- ¿Cómo piensa resolver este problema?
Saber escuchar no consiste en buscar soluciones.
Siendo un buen oyente, no tenemos la obligación de aportar soluciones, sino de ayudar a construirlas con la otra persona, ¿lo entiendes?
Así que no te limites a lanzar un montón de ideas a la conversación como si estuvieras echando judías en una olla (¿te gusta esa comparación?), sino que asegúrate de que se construyen juntas, sin prisas y sin acelerar el proceso de la conversación.
Dependiendo del tema, acabamos arrastrando las palabras e incluso los sentimientos que se expresan en la conversación, por lo que la paciencia y la calma en las conversaciones son esenciales.
Ser un buen oyente no significa ser una esponja de absorción
Por otro lado, ser un buen oyente no significa que tengas que ser una esponja para absorber y cargar al hombro las situaciones más diversas, ¿lo ves así?
Pensemos en la situación de un sacerdote religioso que escucha los más diversos temas y secretos de la gente de su comunidad. ¿Imagina que todo esto recayera sobre sus espaldas y se viera a sí mismo como culpable o responsable de las soluciones?
Ser un buen oyente no es cargar con el peso del mundo a la espalda, sino ser partícipe de una conversación empática.
En muchos casos, la conversación es sólo una conversación, nada más. Sin embargo, algunas personas lo reciben como un impacto tan fuerte que tienden a querer tomar decisiones al respecto…
No seas tú una de esas personas, cuida tu mente y tu corazón, así como los de tus allegados.
No dejes que el estrés de la conversación te provoque el mismo estrés, ¿verdad?
No juzgues durante la conversación
Además de no criticar en la conversación, para que cierres el filtro de la misma, intenta no juzgar a la persona que habla, ya que esto traerá palabras que cerrarán el tema sin que haya concluido.
El papel de anfitrión es fundamental para una buena conversación.
La empatía, que también es ponerse en el lugar del otro, es esencial en las conversaciones. Recuerda siempre estar dispuesto a escuchar y ayudar siempre que sea necesario.
Juzgar no cambia a una persona, amar y caminar juntos hacia lo correcto sí….
Conclusión
Vaya, es genial tenerte aquí al final de este artículo. Sabemos que fue una conversación larga, pero muy fructífera, al fin y al cabo, para eso estamos aquí caminando contigo, ¿no?
Por eso nos encantaría escuchar sus comentarios a continuación. Estaremos encantados de leer lo que tiene que decir y compartirlo con nosotros.
Test: ¿sabe escuchar?
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PS. Este es un simple test, no pretende definirte profesionalmente, ni se utilizará para un informe de salud. Para ello, debe acudir a un profesional como un Psicólogo, Psiquiatra o profesionales legalmente capacitados para ayudarle.